25 de noviembre, Lo importante es vivir.

Dentro de las actividades programadas en nuestro centro para este día está el visionado del cuento “Rosa Caramelo”, de Adela Turín y Nella Bosnia.

62946 ROSA CARAMELO PORT.fh11 Nos cuenta la historia de Margarita, una pequeña elefantita que se cría junto a las demás en una cerca vallada donde tienen que vestir adornos de color rosa y comer amargas peonías que volverán su piel de color rosa caramelo. De esta forma estarán siempre bonitas y cuando crezcan los elefantes machos querrán casarse con ellas.

Margarita no consigue volverse rosa caramelo por más peonías que come, lo que provoca el enfado de sus progenitores. Finalmente la dejan como imposible y ella puede estar más tranquila.

Un día, cansada de permanecer en el vallado, Margarita decide salir y dejar atrás todas las prendas rosas. Comienza a divertirse y a comer ricos frutos. Es feliz.

Las demás elefantitas primero la observan con asombro, después con un poco de envidia por haber tomado esa decisión tan valiente; y por último deciden imitarla y salir ellas también. Poco a poco van perdiendo su color rosa caramelo, pues ya no comen esas amargas peonías.

Así tanto elefante como elefantas se vuelven grises y no hay distinción de sexo.

Tras el visionado de la historia reflexionamos sobre ella:

2015-11-25 09.52.01 ¿Por qué tenían que ser de color rosa las elefantas? Eran rosas porque comían peonías”.

¿Está bien que fueran todas iguales? Cada uno tiene sus gustos, y cada uno es de una manera…, y que hay que respetarse”.

¿Lo más importante qué es casarse? Aquí es cuando Dayana me contesta “no, lo importante es vivir” y Lázzaro “y quererse”.

Estas dos frases que de primera parecen sencillas guardan una enorme verdad: hay que trabajar la autoestima, aprender a querernos tal y como somos y respetarnos a nosotros mismos. Tenemos que llegar a ser personas autónomas, que nos pongamos metas e intentemos conseguirlas. Personas capaces de tomar nuestras propias decisiones. Eso es querernos.

¿Y qué es vivir? Vivir debería ser disfrutar de cada momento. Intentar ver el lado positivo de las cosas. Valorar a las personas que tienes a tu alrededor y te quieren. Saber distinguir entre el amor y la posesión. Es estar en paz con uno mismo.

Estas reflexiones, estos momentos en los que hablamos en el aula, son momentos como mágicos, en los que los peques se sienten con la libertad y la confianza de expresar sus ideas, sus emociones, sus pensamientos…, sabiendo que serán escuchados, que tendrán su momento de protagonismo, y que las aportaciones y propuestas que realicen se llevarán a cabo en el aula. No hay frase que me guste más que “Seño, ¡tengo una idea…!”.

Me encantan estos momentos en el aula de conversación y charla, en los que intentamos escucharnos unos a otros. Las ideas que expresan son increíbles. Esos momentos que en infantil llamamos “la Asamblea”. Hoy me han dejado boquiabierta.

 

 

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