¡Llegamos una mañana a clase y nos encontramos que ha entrado un caracol en nuestra clase! 😯
Al principio no nos damos cuenta y hacemos nuestras rutinas normales, hasta que de repente, alguien dice en mitad de la asamblea: “¡Seño mira! ¡Hay dos caracoles pegados en la ventana!” En ese momento la atención se centra totalmente en esos dos caracoles, algunos proponen que los echemos fuera, incluso que los matemos… Entonces les propongo si los dejamos en clase y les hacemos una casita para que estén un tiempo con nosotros, y a todos les parece una buena idea.
Decidimos ir a contarles lo ocurrido a los compañer@s de la clase de al lado (Seño Raquel), y “casualmente” ¡ha ocurrido lo mismo!
Así hacemos preguntas del tipo: ¿de dónde habrán venido?, ¿por dónde habrán entrado?, ¿cómo son?, ¿qué comerán?, etc. Con estas preguntas respondemos a las cuestiones de ¿qué sabemos? y ¿qué queremos saber? 😀